Foto: Álvaro García Fuentes
Gran reserva del 81. A caballo-films entre ética, estética y buen cine. Tres películas al timón en cinco años, y siempre hay aplausos y premios en la sala. En el año de la moción de censura, ha traído El reino de la política corrupta española y lo ha puesto sin almíbar ante los espectadores. Sin azúcar y sin partidismos, pero con un Antonio de la Torre con cara de Goya-ya-por-fin. Tiene el talento de aglutinar talento. Y el talante de no caer en la tentación de la autocensura. Guionista y director vacunado contra el virus de lo tendencioso. Novel maduro. Alérgico a la mediocridad envolvente de un “presente gris”. Y al pan y circo. Apuesta por creadores con conciencia y con la obligación moral de aportar luz al mundo sin postureos de salón. Tiene alma de 15-M, estructuras de puente y hechuras de director con recorrido. El naturalismo en sus películas. La naturalidad sin maquillaje en directo. Como sin darse importancia.
Lea la entrevista íntegra en El Confidencial Digital