Hiperactivo social. Catalán, influencer anti independentista, líder de la “resistencia de las sonrisas” que se ríe de las ideas de los del procés con chistes como Tabarnia: “una broma que iba en serio”. Promueve una Cataluña en la que defender propuestas diferentes sea compatible con irse de copas. Que ya está bien de bastos y espadas. Que ha descubierto el oro de expresarse con libertad sin faltar al respeto, aunque algunos mantengan su obsesión por romper la baraja. Ve al PP sin cintura para volver a nacer. Mira a VOX por el retrovisor a la espera de los hechos. Pide a Inés Arrimadas que vuelva al Parlament, “porque sería bueno contra el nacionalismo” y considera que la apuesta de Ciudadanos por Manuel Valls “ha sido una gran cagada”. Cree que engancharía con Ada Colau. Lamenta que Abascal hable más claro que “el 90% de la jerarquía católica”. Con barba larga y poco pelos en la lengua, Jaume Vives vive del periodismo, las redes, los libros y los documentales. Es el que peleó con Manolo Escobar las caceroladas a favor del procés desde el balcón tecno-pop de Balmes. Admira al juez Marchena y espera que la sentencia del juicio del 1-O sea el paso necesario para su regreso al mundo outsider de detrás del telón.
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