
La dieta mediterránea reduce un 30% los infartos, más de un 50% los problemas de circulación y más de un 60% el cáncer de mama. Además, es la prevención más democrática contra las pandemias como la del COVID. Comer con aceite de oliva virgen extra, frutas y verduras frescas, pescados, mariscos, huevos, frutos secos y vino con moderación es nutritivo y saludable. Según Miguel Ángel Martínez-González, catedrático de la Universidad de Navarra y Harvard, la alimentación “es una cuestión de vida o muerte” y, quizás, la primera forma de autocuidar nuestra salud en un mundo donde un virus imprevisible nos ha puesto patas arriba.
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