
Es matemático y sociólogo. Por eso a veces no le salen las cuentas sobre Venezuela, incluso a pesar de sus estudios de Economía. Porque aquello es “una catástrofe” sin fondos. De Caracas, formado entre Londres y París. Catalizador cultural, político y mediático antes de que la república bolivariana se fundiera a negro. Hace 22 años que Hugo Chávez tocó poder y se travistió en antidemócrata, populista y kamikaze. Ha sido diputado, fundador del Movimiento 2D y editor en tres dimensiones: nieto e hijo de los fundadores del El Nacional. Lleva las riendas del periódico más encarado con los atropellos de Maduro y su paraíso populista. Un medio en dirección contraria a la mayoría, comprados en sentido literal. Exiliado en Madrid porque Diosdado Cabello le quiso en la cárcel. Señalado y perseguido. Pudo vender su periódico al régimen por 170 millones de dólares, pero prefirió el periodismo a la publicidad, aunque viva a 6.900 kilómetros de su casa. Hace tres años que El Nacional no sale de imprenta, porque en aquel “oasis antimperialista” no hay para papel. Aunque la libertad esté exiliada, Miguel Henrique Otero dirige una cabecera con 78 años de historia trascendiendo las amenazas de muerte.
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