
José Luis Garci es un torbellino de proyectos, una vitrina de éxitos vivos, un cineasta puntero y un señor que no está dispuesto a darse importancia, por mucho que usted le saque los colores de sus triunfos. Ganó el primer Oscar para el cine español con Volver a empezar en 1983 y tiene una filmoteca extensa cuajada de sabiduría humana, ojo, arte, amigos, maestría, pasión y disfrute. Pero las alfombras rojas le pillan muy lejos de su forma de ser.
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