Foto: Roberto Cárdenas. El blanco y negro es versión mía…
El 14 de agosto publiqué este «rebujito» en El Mundo. Aquí, texto íntegro. Porque no todo acaba cabiendo en papel.
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22.30. De la noche, claro. Tal cual. Nos citamos en el hotel de los matadores, después de pasar por la Avenida de los Toreros y de circundar Las Ventas. Miguel Ángel Perera llega directamente desde Olivenza, su terruño extremeño, su plaza fija. El triunfador de la temporada taurina es tan joven que parece un muchacho, pero es todo un señor de sencillez en pecho. Valiente. Con ganas de entrar a matar. Sin pelos en las palabras libres de un maduro conquistador del sueño de las luces. Rebujito generoso en copa balón. Cualquiera estaría espeso después de un día largo. Él está con ganas de comerse el mundo por montera. A la faena.
Puebla del Prior, Baños de Montemayor… ¿Qué hace un chico de pueblo por estos ruedos?
Cumplir uno de mis sueños.
Su vocación al toreo nació en un colegio de jesuitas…
Ahí tuve la oportunidad de empezar el camino. La vocación la tenía desde pequeñito.
¿En la ciudad, lo justo?
Sí. Ya has visto que por aquí es difícil cogerme.
¿Qué se aprende de las cornadas que da la vida?
Conocerse mejor, aprender a ser más cauto… El sinsabor de la decepción, que deja un vacío grande y nos pone cara a cara con lo que de verdad somos.
¿Cómo le gusta más que le vean: como torero, como artista, como matador, o como currante?
Como un artista.
¿Curro es una metáfora, o una realidad mitificada?
Tengo que ser honesto y fiel. No me considero currista, porque no he vivido la época fuerte de Curro Romero, pero como torero le he tenido una gran admiración por lo que ha hecho y por la edad con la que lo ha hecho.
Y en un país sin curro, y con las cornadas del hambre, ¿cómo toreamos esta crisis pegajosa?
Ha sido muy duro. Creo que de esta crisis, no digo que estemos saliendo, porque igual hay alguien que se acuerda de toda mi familia…, pero sí es verdad que palpo otra alegría, una cierta mejoría, otro espíritu en la gente.
¿Quién se merece de verdad una puerta grande?
(Duda)… En una sociedad en la que se están perdiendo una gran cantidad de valores fundamentales, hay que ser muy selectos a la hora de premiar con una puerta grande.
¿A quién regalaría un indulto?
Pasapalabra.
¿Cómo será el toreo de la modernidad?
-Es una pregunta que me hago casi a diario. Pienso que el toreo va a seguir evolucionando, pero es difícil sacarlo de los cánones tradicionales.
El que a buen toro se arrima…
… siempre ve el esfuerzo recompensado.
¿Qué le atrae de unos cuernos?
Nada.
Toro. Cuernos. España. ¿Qué es para usted la fidelidad?
Ser honesto, leal, no faltar nunca al respeto, no fallarte a ti mismo y a los que confían en ti.
¿En qué cartel sueña?
En un mano a mano con dos toreros que me han marcado: Dámaso González y Paco Ojeda, que representan el espejo del toreo en el que yo me he mirado.
¿Mucho toreo de salón en el país de la siesta grande?
Sí. En la corta experiencia que he tenido con algunas personalidades políticas he notado que saben torear muy bien y manejar muy bien la izquierda y la derecha…
¿Qué tienen de modelo los toreros del corazón?
Para mí, nada. Los respeto, pero espero no pasar por ahí nunca.
Un premio: una oreja. ¿El triunfo ayuda a oír mejor a los demás, o aislan demasiado?
Depende como seas. Ni siquiera en los primeros años en los que todo te sorprende me he privado de oír a los demás y tener los pies en el suelo.
¿Los que sacan a hombros, le clavan después estoques por la espalda?
Hombre… tampoco tengo esa sensación…
¿Qué tienen los políticos de picadores?
Depende de qué políticos… De los buenos picadores tienen que pegan un puyazo importante sin hacer casi ruido…
¿Cómo se torea a los leones del Congreso?
Allí hay muy buenos toreros…
¿Cree en Dios antes o después de que salga el toro?
-Desde siempre.
¿Es usted de estampitas?
Sí. Desde siempre también. Tengo especial de devoción con la Virgen de mi pueblo: la de Botós.
Dos banderillas perfectas ¿para?
En un país en el que atravesamos una crisis le pondría dos banderillas perfectas a los responsables públicos que se han convertido en personas corruptas.
¿Con qué pase recibiría a Artur Mas?
Con la suerte de matar…
En el país de «se vende», ¿qué pondría a Las Ventas?
Sólo sé qué no pondría nunca a la venta: la dignidad.
En dos palabras: ¿El toreo es de pijos?
No, el toreo es del pueblo.
Un torero, un jugador del Mundial
– Talavante: Sergio Ramos
– Morante: Te iba a decir Messi, pero quizás Messi sea más regular que Morante… Puede ser Benzemá. Tiene clase, pero le falta regularidad.
– El Juli: un atlético… ¡Koke! Él es más regular… y trabajón…
– Manzanares: Cristiano Ronaldo…
– José Tomás: Diego Costa.
– Enrique Ponce: Iniesta
¿En la España del puente aéreo, hay hueco para Extremaduras?
A partir de este verano se conocerá más Extremadura. Estamos haciendo un spot sobre mi tierra a que va a ser la caña.
¿Cómo son los veranos a la Perera?
Gracias a Dios, son un constante ir y venir de feria en feria. No hay tiempo para el descanso.
¿Un libro pendiente para estos días?
Por desgracia, leo mucho menos de lo que me gustaría, pero me entretiene todo lo que escribe Alfonso Ussía.
¿Cómo se ve la vida después de un rebujito?
¡Perfecta!
Una estocada final.
No al monopolio en el toreo.
Pañuelo blanco, y fin.
Tengo pendiente contestar lo del indulto…
Cierto. ¡Venga!
-No soy rencoroso como para no regalar un indulto a alguien que se lo merezca… Pero no tengo ahora nombres en la cabeza…
SI FUERA UN PASE
Miguel Ángel Perera coge el capote de su vida con las dos manos. Se adelanta para citar a los que enseñan los cuernos. Carga la suerte hacia la derecha o a la izquierda. Sin fanatismos. Sin miedo al cambio. Sin complejos. Con fe honda que viene de antes del Papa Francisco. Adelanta la pierna, como hacen los conquistadores extremeños del trabajo taurino bien hecho. Si fuera un pase, sería un pase sobrio, elegante, valiente, pero sencillo. De cara. Mirando a los ojos. Sería una Verónica con mayúsculas. También como homenaje a su mujer, y a su primer hijo, que viene de camino, y que por mucho pedigrí taurino que se encuentre en el árbol genealógico «ése sí que no será torero… Espero…». Eso dicen todos…