Entrevistar a periodistas debería ser un nuevo género periodístico. Lo digo en el día de nuestro patrón, pero lo repetiré a partir de ahora siempre que tenga una oportunidad.
El periodismo tiene mucho de condiciones personales, de experiencia personal. Tiene mucho de curriculum oculto, de buscarse la vida, de lanzarse, de seleccionar lecturas interesantes. Y, en mi opinión, tiene mucho de aprender de los colegas, de escucharles, de comentar. Sí, de conversar, de arreglar el mundo, de filosofar sobre una profesión arriesgada a ir tan rápido que acaba torciendo su rumbo.
En estas semanas he podido entrevistar a cinco buenos periodistas para un evento que se consagra como referente en el sector del metaperiodismo social: http://conversacionescon.es/
(Nos quejamos de que las empresas de comunicación invierten poco en la formación continuada de sus profesionales. Pero nos quejamos porque no vemos en estas iniciativas interesantes un camino para enmendar las deficiencias estructurales). Cierro paréntesis.
Estos días he hablado con cinco periodistas muy distintos: dos mujeres (Rosa Jiménez Cano, corresponsal de El País en Silicon Valey; y Sandra Golpe, presentadora de Noticias 2 en Antena 3 Televisión) y tres hombres (Javier Ruiz, co-presentador de Un tiempo Nuevo, en Telecinco; Jorge Bustos, columnista de El Mundo, y Rafa de Miguel, director de Informativos de la Cadena SER). Además, he podido estar 45 minutos con Casimiro García-Abadillo, director de El Mundo, pero para otro proyecto.
A todos les va bien. Ninguno vino con el contrato debajo del brazo. Todos han sudado hasta encontrar en hueco digno.
Todos son diferentes. Les une su pasión por la profesión, su ilusión, su esfuerzo, su tenacidad, su audacia profesional, sus ganas de hacerlo bien, sus deseos de ser honestos.
En todos he notado una visión optimista sobre el periodismo, como servicio social… y como destino laboral…
En todos he palpado buenas personas. Sí. Es cierto que se pueden simular los valores en 30 minutos frente a una cámara. Seguramente, alguna actuación me he tragado. Los periodistas también somos imagen. Pero si por la boca muere el pez, hay cinco periodistas más en el hatillo.
Oírnos y aprender entre nosotros. Asignatura pendiente. En un entorno profesional competitivo, poner la oreja puede suponer abrir los ojos.
estas entre los que merecen el nombre de periodista y el respeto a una gran profesion