El 11 de agosto de 2014 publiqué esta entrevista a Ágatha Ruiz de la Prada en El Mundo. Ahora, que no hace falta papel, la publico íntegra. La foto es de Roberto Cárdenas. El blanco y negro es mío. ¿Una foto de Ágatha en blanco y negro no es una antítesis? Muy posible…
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17.00. En un barrio entre gris asfalto y gris marengo de trajes, explota el color en los primeros pasos de Ortega y Gasset. El Madrid de las Joyas. Con discreción inusitada desde fuera, aquí se hospeda el corazón de Agatha Ruiz de la Prada. La puerta de su estudio es la única blanca contemporánea de un edificio de ascensor de museo y de solera marrón. Y se abre la puerta, y entras en un circo de ilusión y de trabajo intenso. Entre telas de colores y paredes rosas y blancas, un equipo de jóvenes creativos disfruta con lo que hace. Se nota. Entre ellos, y en vaso de flores, sin más protocolos, nos tomamos un rebujito con la mujer Pantone.
¿Cuántas personas quedáis en España con personalidad?
Estoy muy contenta porque veo una nueva generación de gente con personalidad. Al menos en Madrid, aprecio un movimiento post crisis con bastante creatividad.
¿Cuánto genio hay detrás de la artista que lleva dentro y fuera?
En la vida debes tener personalidad y disfrutar con lo que haces. Así nada cuesta.
En la moda de cortar y pegar, ¿sale caro ser original?
A corto plazo sí; a largo, no.
¿Lo suyo es síndrome de Peter Pan u optimismo de Siempre Jamás?
He heredado mucho optimismo de mi abuela, que era brutalmente optimista, y en ella descubrí que, por el mismo precio, puedes ser feliz o convertirte en un permanente desgraciado.
¿Sus trajes son fuegos artificiales o alegría permanente?
Son fuegos artificiales, pero te ayudan a combatir la depresión y son anti malos rollos, que son dos cosas muy buenas para la salud.
¿Qué tiene de personaje?
De pequeña, en el colegio, me decían: «Genio y figura hasta la sepultura». No sé qué querrían decir…
Como pionera de la Movida Madrileña, ¿La cultura española del XXI está comprometida o hamburguesada?
El mundo del arte es muy duro. Cuatro triunfan y los demás sufren como demonios.
¿Qué es la elegancia?
Cada día más, generosidad y bondad. Para mí, la elegancia cada vez tiene más que ver con lo contrario de lo que se ha pensado en el mundo de la moda habitualmente.
¿Qué tiene usted de película de Tim Burton?
Algo. La moda tiene que ser cómoda y teatral. Durante siete años y medio, todos los jueves, daba una fiesta. Para esos momentos era básico una duchita y vestirte de fiesta.
Si el diablo se viste de De la Prada, ¿qué modelo prefiere la señora Ruiz?
A la señora Ruiz no la conozco. Cuando me llaman señora Ruiz me molesta muchísimo y no contesto. Igual que cuando me llaman señora Ramírez. En lationoamérica me lo dicen mucho, y cuando oigo «Buenos días, señora Ruiz» es como si me dieran un golpe…
¿Cuál es el primer mandamiento de su universo artístico?
Al final, el color.
¿Qué aprende de las mujeres que lo enseñan todo?
Uffff… Hombre, si pueden, no está mal, pero…
¿Qué tiene su arte de circo?
¡Me encanta el circo! He soñado con el circo, y he estado a punto de hacer uno varias veces. A mis hijos, cuando eran pequeños, los he llevado mucho al circo.
¿Sois difíciles las mujeres a contracorriente?
Somos difíciles, pero como estamos tan liadas, no damos la lata.
¿Qué encierran sus corazones?
El corazón me da muchísima suerte.
Señora As de corazones, ¿quién es su sota de bastos?
No lo sé.
¿Su moda es natural?
Para mí la ecología es una obsesión morrocotuda.
¿A quién le pondría una peluca rosa para alegrarle la cara?
Las pelucas rosas son muy bonitas en un desfile, pero no favorecen. Siempre he soñado con llevar peluca, incluso antes de conocer a Andy Warhol. Pero es dificilísimo que te favorezca.
¿Qué le inspira?
Siempre me ha inspirado mucho el arte contemporáneo, y la cultura, pero, cada día más, la naturaleza.
¿Qué le importa a usted el qué dirán?
Poco.
¿Cuál es su oasis?
Mi casa. Allí siempre estoy muy cómoda.
¿Qué es el aburrimiento?
Algo buenísimo para la cabeza. No hay nada más creativo, más importante y más necesario, y eso lo hemos olvidado en el siglo XXI. Si estás todo el día yendo al McDonalds, yendo al cine y bajándote películas, te sumerges en un estado de anti creatividad total.
¿Cuál es su receta para la salud mental?
El trabajo y la limpieza. Mi yoga espiritual es coger un trapito y limpiar.
¿Cómo es su marca España?
Curro bastante por la marca España. Voy en ese barco y soy parte de ese equipo.
¿Se ve en una peli de Almodóvar?
Sí.
¿Qué tiene la vida de color de rosa?
La vida cada cual se la dibuja del color que quiere.
¿Cuáles son los momentos rosas para el armario de un hombre?
Los hombres de rosa son también fantásticos. En general, los hombre tienen una gran necesidad de color. Abrir el cajón de los calcetines de un hombre y verlos todos negros, o todo lo más, azul marino, es muy triste. En cambio, un cajón de calcetines lleno de colores, de flores, de corazones de rayas… es otra cosa. Empiezas el día mucho más alegre.
¿El feminismo ha llegado a la meta?
No. Falta mucho.
¿Cómo viste su superwoman?
Siempre he sido muy feminista. Fíjate todo lo que hay que hacer con esas mujeres sin derechos y esas que van tapadas hasta arriba… Por eso creo que no podemos hacer ninguna broma con el feminismo. Es un tema muy serio. Ha avanzado mucho, pero no en todos los países.
¿Sus trajes son para el pueblo, o para las estrellas del pueblo?
Mi ilusión es que sean para el pueblo. Mi ropa es hiperdemocrática. No me gustaría ser Felipe Varela.
¿Se hubiera comido algún rosco con un carácter simplemente idealista?
No. En este mundo hay que ser malo.
¿Cuál es su contradicción más luminosa?
Tengo miles de contradicciones, como todos. Y contra más complicadas, más bonitas…
Un corazón, una estrella: en realidad, lo suyo es sencillo, pero arriesgado…
Es arriesgado porque hay gente a la que le da miedo todo porque es un poco insegura.
¿Dónde está la clave para ser diferente sin ser rara?
Yo nací en Madrid pero mi madre es de Barcelona. Mi padre era un arquitecto requetemoderno, y mi familia de Barcelona, no es que fueran carcas, pero era una cosa que no tenía nada que ver. De esos dos mundos he salido yo.
¿Cómo se combinan sus vestidos chillones con la discreción?
Odio la discreción.
¿Algún modelo suyo que nunca pondría sobre el cuerpo de su hija?
No. Si hay una cosa que no me pondría, no la haría nunca. Eso es una cosa que en España no se ha respetado siempre. He trabajado con un señor que se dedicaba a las telas de camisas, pero él se compraba las suyas en Londres…
¿Qué será Cósima?
Está atacando la moda desde un punto de vista más intelectual y más moderno.
¿Qué consejo le daría a uno de sus hijos, si le dijera: mamá, quiero ser… ¡periodista!?
Desde pequeños he intentado por todos los medios que no fueran periodistas. Pero Pedro Jota conoce al doctor Fuster, por ejemplo, y piensa: «Pobrecito este señor que no es periodista»… Pedro Jota sólo se compraría un periódico y no concibe nada nada nada que no sea el periodismo. Por eso yo no quiero que mis hijos no sean periodistas.
¿Qué libro tiene a mano este verano?
Antes de estar en la boda del hijo de Beatriz de Orleans, Pedro Jota me aconsejó un libro divertidísimo sobre toda la historia de los Orleans. Gracias a Pedro Jota, y a que mi casa está llena de libros, he aprendido mucha historia. Este libro, además, es muy divertido.
¿Se ha leído los dos últimos libros históricos de Pedro Jota?
Enteritos.
¿Qué pone en su mensaje de estado de whatsapp?
No tengo.
SI FUESE UN VESTIDO
Si Agatha Ruiz de la Prada fuera un vestido, sería el más divertido de los que le quedan por parir. En un fondo rosa agathizado, destacaría un corazón gigante rojo y amarillo. Tendría algo de eléctrico, de hipnotizador. Sería su obra más auténtica dentro de un armario lleno de coherencia. Iría acompañado de sonrisas teatrales en la cintura de mujer bregada. Medias, morado satén. Collar amplio de piscina de bolas lleno de Warhol. Y sobre la cabeza, una corona deconstruída de hada para la Eva de la moda española que viste el entusiasmo. Y andaría así, entre Almodóvar y Tim Burton, como quien entra en la cotidianidad de un Mercadona. Ella. Femenino singular. Presente continuo. Futuro evidente.