Ya he leído la primera quiniela de Gobierno en El Mundo y algo por el estilo en El Confidencial Digital. Os presento mi Quién es Quién, que no pretende ser una quiniela, sino, más bien, una propuesta de Gobierno abierto, con experiencia, con algo –muy poco- de renovación, y que puede encontrar el consenso –en forma o no de abstención a favor- de PSOE y Ciudadanos.
El esquema sería el siguiente: se mantiene el presidente del Gobierno, desaparece una cartera, la de Hacienda, que se fusiona con Economía, y hay 8 ministros del PP, 2 ministros del PSOE, 2 ministros de Ciudadanos, y una presidenta del Congreso del PSOE.
A ver cómo suena esto…
Ministros
Soraya Sáenz de Santamaría: Vicepresidenta Primera y Ministra de Presidencia. Mantiene sus atribuciones dentro del Gobierno, salvo la de portavoz. Pierde un poco de poder dentro del equipo de Mariano Rajoy y paga así algún desplante a su jefe. Pero el presidente no puede no contar con la experiencia que ha acumulado, el control férreo sobre el resto del Gabinete, y su responsabilidad en el ámbito de la seguridad nacional.
Luis de Guindos: Ministro de Economía y Hacienda. El respeto al trabajo recibe de parte de Rajoy el premio de la Vicepresidencia Segunda. Devora la cartera de Cristóbal Montoro, del que todo el Gobierno y todo el PP desconfía, hasta el punto de que sería el único ministro que se queda fuera de los sillones, y pasaría a ser diputado raso. Eso provoca riesgos de fugas de información, pero…
Pablo Casado: el joven de referencia del PP está en todas las quinielas dentro del nuevo Gobierno de Rajoy. Podría liderar la cartera de Empleo y Seguridad Social en una época de bonanza. Fátima Báñez, quizás quemada por estos años de cifras altas de desempleo, podría pasar a formar parte de la cúpula del Partido Popular, y ver si está lista para ser la cabeza de cartel contra Susana Díaz en las próximas elecciones andaluzas, porque José Manuel Moreno Bonilla, a pesar de los últimos resultados de las generales, sigue sin dar la talla.
Casado sería el nuevo Portavoz del Gobierno, con todas las denotaciones que produce una cara fresca en un Gobierno con un presidente de salida. Además, mantendría sus competencias en el Partido Popular, aunque tendría un papel más secundario, como el que ha tenido Andrea Levy en esta pasada legislatura desde la remodelación del equipo de Génova.
José Manuel Margallo: se mantiene como Ministro de Asuntos Exteriores.
María Dolores de Cospedal: Ahora sí, Cospedal podría formar parte del nuevo Ejecutivo como ministra de Justicia, aunque ella tiene experiencia en la gestión de Fomento de la etapa anterior del Gobierno de Aznar, pero es difícil llevar esa cartera con más discreción que Ana Pastor. Ministerio de Justicia, papel discreto dentro del Gobierno, recompensa, y excusa perfecta para renovarle la silla en el Partido Popular. Su puesto de secretaria general lo ocuparían Cristina Cifuentes, Alberto Núñez Feijóo, o Rafael Catalá.
Ana Pastor: Se mantiene como ministra de Fomento. Discreta, eficaz. Puede ser un muro de contención en la relación entre Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal en un Ejecutivo en son de paz.
Isabel García Tejerina: Se mantiene como ministra de Agricultura, Alimentación y Medioambiente.
Fernando Martínez Maíllo: El hasta ahora vicesecretario general del PP y presidente de la Comisión de Industria del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso podría ser el relevo más natural del extinto José Manuel Soria. El ministerio adquiere, pues, un matiz más político. La cuestión es que el hombre más técnico y más capaz para dirigir el Ministerio de Industria es Alberto Nadal, pero algunas fuentes dicen que ha pedido dejar el ministerio y volar a la mesa presidencial de alguna institución tipo FMI o Banco Mundial.
Dos ministerios para el PSOE con experiencia
Ramón Jáuregui: el eurodiputado con amplia experiencia de Gobierno (nacional y autonómico) y con manejo para los pactos, podría ser uno de los puntales del PSOE en el nuevo Gobierno de Rajoy, que premiaría el esfuerzo de Pedro Sánchez de no ponerle palos en la rueda ofreciéndole a Jáuregui el Ministerio del Interior. Sería el último cargo político del socialista, y todos los que han trabajado con él coinciden en que lo desempeñaría con honor y poniendo los intereses políticos del PSOE en su sitio. Para el PP, que un socialista lidere este ministerio puede ser un quebradero de cabeza menos. Sustituiría en el cargo a Jorge Fernández Díaz, que quedaría como vicepresidente segundo del Congreso, desplantando para siempre a Celia Villalobos.
Rafael Bengoa: el ex consejero de Sanidad del País Vasco y asesor de la reforma sanitaria de Obama tiene prestigio y suscitaría consenso para llevar con garbo la cartera de Sanidad y Asuntos Sociales. Alfonso Alonso deja el puesto, retomaría la Portavocía del Congreso de los Diputados, y se prepararía para ser el candidato a lehendakari propuesto ya por el PP.
Dos ministros de Ciudadanos
Matías Alonso: sería una apuesta, y una de las sorpresas del equipo de Rajoy. El militar de carrera que es secretario general de Ciudadanos podría optar a liderar el Ministerio de Defensa. Según algunas fuentes consultadas y algunos textos publicados, Pedro Morenés prefiere no seguir en el Ejecutivo que viene.
Luis Garicano: aunque su peso y su prestigio vienen sobre todo de su experiencia económica, el Ministerio de Economía está ya en manos de Luis de Guindos, que quiere seguir en el barco de Rajoy. Sin embargo, Garicano es el ministrable más claro de Albert Rivera. Así pues, Rajoy podría ofrecerle un ministerio de Educación, Cultura, Ciencia e Innovación, que puede convertirse en una oferta muy tentadora para quien ha diseñado también el programa educativo de Ciudadanos. Unir Educación e Innovación puede ser un acierto con futuro de Mariano Rajoy, igual que unir Cultura –cuya Secretaría de Estado lideraría Marta Rivera de la Cruz, escritora y diputada de Ciudadanos- y Ciencia.
En el Congreso de los Diputados, la elegida como presidenta sería la mano izquierda de Pedro Sánchez: Meritxell Batet, número 1 del PSOE por Barcelona. Sería un gesto importante. Por su parte, Pío García Escudero seguiría al frente del Senado.
Con este Ejecutivo sin mayorías, urgen los gestos, los abrazos y las fotos simbólicas. En esta ocasión no tendría sentido que la foto de los ministros se hiciera en Moncloa. Tendría más valor si se hiciera en la escalera externa del Congreso de los Diputados.
Cambios en Génova 13
En Génova se esperaría al próximo Congreso para los cambios. Cristina Cifuentes asumiría mucho más peso –como el que ha adquirido en las dos últimas campañas electorales-, y se quedarían Pablo Casado –más centrado en el programa, aunque con poder de decisión política interno-; Javier Maroto, que está sin escaño, y tiene más tiempo. Andrea Levy rebajaría su perfil tras la entrada de Cifuentes y Báñez (o Feijóo, o Catalá), pero mantendría su lugar como vicesecretaria general.