Podemos ha sacado esta mañana su paso. En su pascua de resurrección, el partido de Pablo Iglesias admite que necesita hacerse oír. Él y su gente, dividida en bandos precoces, sabrán por qué el espectáculo, el montaje y el show antes que la política.
Este autobús no ha pasado por la ITV del sentido común. Aun así, la circulación pública es un bien de alto riesgo que conviene vigilar de oficio.
He aquí los 10 primeros fallos sistémicos que se observan a simple vista de este barco de Chanquete convertido en patíbulo civil:
El Tramabús:
- Convierte el discurso de Podemos en un cómic.
- Traviste la justicia en un bus condenatorio.
- Mezcla posverdades y posmentiras retratando el populismo señalador.
- Canoniza la incomprensión de Podemos hacia el papel de los medios de comunicación.
- Permuta «la sonrisa de un país» por «el exhibicionismo del odio con nombres y apellidos».
- Consagra a Podemos como un partido a la defensiva poco constructivo.
- Delata el infantilismo inherente a la formación de Iglesias.
- Es una pancarta llena de venganzas sobre ruedas.
- Confunde la libertad de expresión con el vudú.
- Enciende la mecha de otras guerras. Al tiempo.
Feliz día de telediarios. Hacen ustedes la pascua a los que creíamos firmemente en que otra política no superficial era posible.