Foto: Álvaro García Fuentes
María Elvira Roca Barea es la autora del ensayo histórico más vendido y más leído en España en los últimos años. Lingüista y profesora de instituto, esta malagueña se puso a desentrañar los mitos enquistados en la historia de la España pesimista y publicó en Siruela Imperiofobia y leyenda negra.
En 2018 recibió la Medalla de Andalucía precisamente por su tarea de despojar los tópicos de emotividad y ponerlos sobre la palestra con datos e historias. El callo de Roca la convierte en una fuente interesante para hablar de leyendas negras y futuro en su tierra justo el día en el que Juan Manuel Moreno Bonilla se convierte en el primer presidente de la Junta de Andalucía que no es socialista, con la mano tendida de Ciudadanos y el polémico apoyo de Vox.
¿Todo el revuelo en torno al auge de Vox tiene síntomas de leyenda negra?
La repercusión de Vox en los medios después de las elecciones andaluzas me parece bastante desproporcionada. Si concedemos que Vox es un partido de extrema derecha, entonces tendremos que redefinir qué es la extrema derecha. Hasta donde yo veo, parece que este partido respeta las reglas del juego democrático. La cuestión es que si te cuelgan la pegatina ya tienes colocada la etiqueta, y a partir de ahí sólo se puede tener una respuesta por parte de la entera humanidad: la condena. Pues yo no los he condenado todavía. No les he visto hacer nada que me parezca vergonzoso o contrario a las leyes. No podemos olvidar que en nuestro Parlamento hay diputados abiertamente opuestos al orden constitucional, pero parece que eso no provoca grandes aspavientos.
¿El aspaviento social anti Vox está justificado?
El aspaviento masivo en torno a Vox no es más que el reflejo de una especie de criterio cocinado sobre lo que a los españoles nos debe provocar escándalo y lo que no. Objetivamente, no veo que haya una relación causa-efecto racional que motive esta corriente de opinión. Insisto: acabamos de ver cómo se presentan unos Presupuestos Generales del Estado en el Parlamento que dependen de unos representantes políticos que son abiertamente opuestos a la mera existencia del país y convivimos con normalidad con esa realidad.
Se supone que debemos rasgarnos todos las vestiduras con un partido como Vox que, hasta ahora, no ha acosado a nadie por la calle, no ha hecho nada contrario a nuestras leyes, y cuenta, lícitamente, con un proyecto político expresado clarísimamente. Podemos estar más o menos de acuerdo con sus ideas, pero esta descalificación en masa no es racional.
Podemos estar más o menos de acuerdo con las ideas de Vox, pero esta descalificación en masa no es racional.
¿Qué es la extrema derecha?
Los 40 años de Franquismo han desdibujado enormemente ese tipo de conceptos en la política española. Se ha incrustado la idea de que todo aquello que resulta molesto o desagradable para una determinada corriente ideológica se descalifica por sistema colocándole la etiqueta de extrema derecha.
La opinión pública española no tolera nada que oler a Franquismo, sea realmente franquista, o no. Me parece un planteamiento un poco básico. Cualquier cosa de apariencia franquista queda absolutamente descalificada desde el punto de vista moral, y eso hace que sea muy fácil que cualquier opción política que te moleste le pones la equis de la extrema derecha y ya no hay que discurtir. Se supone que ya está todo dicho y todo claro, y ni está todo dicho, ni está todo claro.
¿Izar la bandera de España sin complejos es visto como extrema derecha?
No creo que la crítica acérrima contra Vox venga por la bandera. La salida del armario de la bandera española la lideró Ciudadanos, aunque fue un movimiento social que nació desde la calle ante el temor de ver que la legitimidad histórica de nuestro país se ponía en cuestión. Es razonable que alguien se alarme cuando ves que el barco en el que llevas navegando todo tu vida puede estar en peligro. Fue y es puro instinto de supervivencia.
Es verdad que Ciudadanos dio un paso al frente, después de muchos meses luchando en solitario contra el nacionalismo a unos niveles de abandono por parte de resto de partidos políticos nacionales verdaderamente patéticos. Lo de la bandera ha ido a más, porque hay un agujero negro que llenarán unos u otros. Ese agujero negro es la sensación mantenida de orfandad que sufre el país, porque sus instituciones se están diluyendo provocando un proceso de balcanización contra el que ningún partido parece dispuesto a tomar cartas en el asunto de manera seria. El abandono de los grandes partidos mayoritarios es lo que ha provocado estos nacimientos. Si al problema de disolución política se hubiera acudido con sentido de la responsabilidad, probablemente las cosas no habrían llegado hasta aquí, ni hubiera sido necesario que surgiera Vox.
Si al problema de disolución política se hubiera acudido con sentido de la responsabilidad, probablemente las cosas no habrían llegado hasta aquí, ni hubiera sido necesario que surgiera Vox.
El movimiento feminista está teniendo mucha fuerza contra el partido de Santiago Abascal.
Presenciamos un verdadero descalabro del sentido común ante el efecto acumulativo de desigualdades legales que se han ido construyendo, supuestamente para proteger a las mujeres. Ni toda la legislación, ni todo el presupuesto, que ya va siendo gigantesco, ha servido absolutamente para frenar la violencia. Esa es la realidad. Se pongan como se pongan, no hay nadie que pueda demostrar que lo ya legislado e invertido haya servido para frenar esta barbaridad.
Las leyes deben ser iguales para todos. Me parece aberrante que un mismo acto se juzgue de manera distinta si ha sido cometido por uno, o por otra. A la justicia se le representa con los ojos vendados porque no importa el quién, sino el qué. En este ámbito existe una gigantesca cantidad de intereses creados y un negocio de tales dimensiones que va a ser muy parar, porque una vez que se monta la multinacional, lo que se puede y se debe seguir haciendo es mantener los mecanismos en marcha. La falta de resultados positivos para desterrar la violencia contra las mujeres se ha transformado en obsesión por legislar más, sin miedo a las discriminaciones positivas y por invertir más recursos, pero no queremos entender que lo que estamos haciendo no sirve y necesitamos otra reacción.
Vox cuestiona el auge de la ideología de género, y eso tampoco se le tolera.
El hecho de que desde las instancias del poder haya un adoctrinamiento en la ideología de género es una manera de explicar que, como cualquier ideología, ésta también necesita catequesis. Yo no estoy de acuerdo con la ideología de género, porque me parece el último producto de un pensamiento de izquierdas que ha perdido completamente el norte. Hubo un pensamiento de izquierdas que tenía solidez, era eficaz y radicaba en una propuesta social de mejora muy útil. Aquello era positivo, porque favorecía el equilibrio que necesitan las sociedades estables. Desde la caída del muro y de los regímenes comunistas, ese pensamiento, salvo honrosas excepciones, se ha diluido. Ahora, ese esfuerzo se dedica a fabricar otros catecismos ideológicos que permitan mantener una influencia social. La sociedad occidental padece un déficit grandísimo de ideologías, porque ha renunciado a su tradición de pensamiento y a sus raíces religiosas, pero está con las velas al viento, porque todos necesitamos un catecismo moral sobre lo que es bueno y malo para regular nuestras vidas.
Habiendo renunciado a los planteamientos morales tradicionales en nuestra cultura, desde el siglo XIX, asistimos es una producción constante de sistemas modales distintos y nuevos conviviendo entre sí. Cada equis tiempo aparecen nuevas modas detrás de las que se van presupuestos, estructuras de poder y catequesis predicantes. Ha pasado más de una vez, pero esta es especialmente peligrosa.
¿Cómo ha vivido el relevo al frente de la Presidencia de la Junta de Andalucía?
Cuando el PSOE entró a gobernar en Andalucía yo no podía votar, porque estaba en la EGB… Los cambios en los gobiernos son sanos para ventilar los armarios. Del relevo hay que alegrarse, porque esto ya era el PRI. Es bueno airear el poder, gobierne quien gobierne, porque la democracia no se debe enquistar.
¿Cómo lee usted la caída del PSOE andaluz?
Las razones por las que Susana Díaz ha perdido las elecciones son equivocadas. Ella ha pagado la factura de los errores de Pedro Sánchez. Ella, que es, precisamente, lo más opuesto a la política de podemización y pactos con los independentistas a la que Pedro Sánchez ha llevado al PSOE. Es una pena que se hayan producido así las cosas. Probablemente Susana Díaz represente el último baluarte del PSOE con cabeza capaz de generar mayorías amplias de gobierno. Ese PSOE, que prácticamente está extinguiéndose, tenía en Susana Díaz su última valedora. El gran problema político que tiene España no es Vox, sino que en la izquierda española ha dejado de existir un partido capaz de generar mayorías integrado en el sistema constitucional y defensor de la unidad de España. La izquierda ha perdido ese partido.
Las razones por las que Susana Díaz ha perdido las elecciones son equivocadas. Ella ha pagado la factura de los errores de Pedro Sánchez. Ella, que es, precisamente, lo más opuesto a la política de podemización y pactos con los independentistas a la que Pedro Sánchez ha llevado al PSOE
¿Ve resortes en el PSOE para volver a nacer con peso?
De la izquierda depende, pero yo no veo movimientos. El PSOE andaluz era el último bastión y acaba de recibir un varapalo espectacular. Así son las elecciones. Desde Zapatero, el PSOE se ha podemizado y va camino de la autodestrucción total. Con eso se ha desequilibrado completamente el panorama político del país. ¡Ese es nuestro gran problema! En España hay una mayoría de clase media que quiere ser progresista pero que no quiere aventuras chavista ni locuras secesionistas, pero no tienen a quién votar. La tremenda ceguera del PSOE es no darse cuenta de que esa es su mayoría.
En España hay una mayoría de clase media que quiere ser progresista pero que no quiere aventuras chavista ni locuras secesionistas, pero no tienen a quién votar.
El proceso de autodestrucción del PSOE lo vimos ya en Cataluña, porque allí, convirtiéndose en más nacionalistas que los nacionalistas, no han dejado de perder votos hasta casi la extinción, y los que votan nacionalismo no votan al partido descafeinado, sino al pata negra. La conversión del PSOE en un aliado constante del independentismo, de Podemos y del secesionismo genera estos resultados electorales. No ser capaz de reaccionar atrapados en perjuicios mientras pierden las bases que les llevan a los gobiernos es preferir el suicidio, pero es lo que contemplamos delante de nuestros ojos. No veo reacciones en el PSOE. Veremos qué sucede cuando se acerquen las próximas elecciones.
¿Podemos ha tocado techo?
Podemos no tenía mucho más recorrido.
¿Seguirá perdiendo fuerza, o se mantendrá a medio plazo?
Hay un núcleo de votantes de siempre que se ha mantenido, y son los que provienen de Izquierda Unida. Desde la aparición de Podemos ha vivido un cierto repunte de apoyo en las urnas, pero volverán a sus escaños habituales, que son los que ha tenido ese cupo de votantes desde la Transición. El problema no es esa izquierda, sino esos cinco millones de votos que están perdidos, porque eran del PSOE y ahora no encuentran su urna. El partido que se lleve esos votos logrará la mayoría. La fragmentación del panorama político español no procede ni de Podemos, ni de Vox, sino de la tragedia del PSOE, que es lo más grave que le ha pasado a España en los últimos quince años.
La fragmentación del panorama político español no procede ni de Podemos, ni de Vox, sino de la tragedia del PSOE, que es lo más grave que le ha pasado a España en los últimos quince años.
En este mapa, ¿cómo valora los pasos del PP con su relevo generacional?
El PP, como lo que queda del PSOE, e incluso Ciudadanos, son incapaces de enfrentarse a una realidad clamorosa: el sistema autonómico no puede durar mucho más tiempo, algo a lo que se está enfrentando Vox abiertamente y sin disimulos. A esta conclusión van a llegar todos antes o después, por sí mismos, o arrastrados por Vox. El sistema autonómico se ha convertido en la trinchera de la balcanización del país y de la disolución política de las instituciones del Estado, y hasta que no vayamos a las fuentes de alimentación del problema, el problema irá a más. La búsqueda compulsiva del hecho diferencial entre comunidades autónomas seguirá creciendo, porque te permite tocar poder, tener dinero y administrarlo tú. Es muy fácil. Lo asombroso es que se hayan tardado cuarenta años en provocar esta crisis. Antes o después ahí vamos, no tengo la menor duda.
El sistema autonómico no puede durar mucho más tiempo, algo a lo que se está enfrentando Vox abiertamente y sin disimulos. A esta conclusión van a llegar todos antes o después, por sí mismos, o arrastrados por Vox
¿Nota un cierto cinismo canalla en las opiniones políticas, también por parte de los medios?
No consuela, pero hay que tener en cuenta que la mayoría de las democracias de Europa están teniendo grandes problemas, porque la política no resuelve las dificultades objetivas. Cuando hay problemas grandes y parece que la política vive en una realidad paralela se producen estas desestructuraciones y aparecen estos partidos que llaman de extrema derecha que nacen como propuestas de solución ante un establishment político vive en un mundo aparte. En Europa son expertos en dar la callada por respuesta y seguir hacia adelante sin rumbo, sin analizar los problemas auténticos. Así está la Francia de los chalecos amarillos… Todo esos elementos configuran una receta social llena de lenguaje canalla y vocabularios que ofenden.
¿La paz social está en riesgo?
La paz social no se va a romper por la sencilla razón de que el europeo ya está desactivado para la violencia, sino ya se habrían producido episodios graves. Se romperá la paz social en los discursos, pero el europeo ya no es capaz de ir a luchar ninguna guerra, ni siquiera a la suya propia.
¿Qué le parece el pacto andaluz de PP y Ciudadanos?
Un cambio de gobierno era terapéutico.
¿Le da confianza el mix?
No conozco al personal implicado, y la confianza depende mucho de eso. De todas formas, los regímenes autonómicos son complicados. Se han convertido en redes clientelares tan tremendamente sólidas, que tocarlos no da más que problemas. Haría falta una actitud de ingeniería fina y no sé si el PP y Ciudadanos serán capaces. Espero que alguien aplique la sentencia del Tribunal Supremo sobre los miles de puestos de trabajo que estaban en la Junta sin ser funcionarios. Es una sentencia que supone que no se puede convertir la Administración en la agencia de colocación de tu gente. A día de hoy no he oído hablar de este tema. Nos hemos acostumbrado a aberraciones como que las comunidades autónomas obedecen las sentencias solo cuando les viene bien, algo que causó escándalo en Cataluña, pero que en Andalucía también pasa. No sé yo si este nuevo Gobierno empezará a remendar la situación por ahí. Probablemente arranque con una operación de maquillaje, para que parezca que, y después volveremos a más de lo mismo. La sangría que las autonomías suponen para los recursos del Estado es insoportable.
¿Alguna razón para el optimismo?
¡Por supuesto! Los jóvenes deben tener mucha confianza. Este país cuenta con una capacidad de resistencia formidable. No dudo ni por un momento que España encontrará la manera de salir de esta crisis. De cosas peores hemos salido a lo largo de nuestra historia.