Ni gurú, ni coach, ni experto. Juntaideas con talento para servirlas en público y provocar el fondo interior de las personas de las gradas. La verdadera revolución de las sonrisas exprime la psicología positiva y convierte sus enseñanzas en jugo de vida sana. En el año 2000 se cayó del caballo y lleva casi dos décadas removiendo el gallinero hablando, entre otras cosas, de vivir con entusiasmo. Ni recetas, ni mundos ideales. Más aristotélico que platónico. Baja a la inteligencia del podio del reconocimiento social y sube a la bondad y a la compasión. Incita a ser alegres siendo amables y a pensar en la estrategia de nuestras vidas para que lo más importante sea lo más importante. Mucha gente paga por oír su compendio de sentido común diseñado para reflexionar en pause, porque la urgencia de la vida no nos deja sentir los latidos de cada instante. Demuestra que “lo de querer es poder es mentira”. Destaca que “decir te quiero no es cursi”. Y anima a sacar la ternura del baúl de los tabúes. Insiste en que “la vida no es Instagram”, pero puede ser maravillosa por el poder de la actitud.
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