
Sobre las tablas, pero detrás del telón. Dramaturgo. Filósofo y matemático. Premio Nacional de Teatro. En las esencias del arte y en el horizonte brillante de la imaginación. Maestro zen de las palabras cuerdas con el coraje de tambalear las butacas con catástrofes constructivas. Atenta en adviento en el Teatro del Barrio con La lengua en pedazos: una bomba ascética, mística y “enamorante” que coloca a santa Teresa de Jesús en el corazón de Lavapiés. Explota la nobleza quijotesca en una platea social donde cabalga la polarización. Reflexión, diálogo, interpelación, reunión, trascendencia, reset. Pulcritud, bellasletras, elegancia, contundencia, consciencia, ilusión, materia prima, forma sustancial, civismo, derivadas y curvas que elevan las cotas de humanismo con la sana autoridad de su altavoz. En enero bajará el telón de Silencio con Blanca Portillo. Es la M de la RAE: mayéutico, magnánimo, mapamundi, maremágnum, maravilla, melodía, milagro, mediatriz, modestia, mixtifori, memoria, melopeya y Madrid.
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