
Jordi Sabaté está entre la vida y la muerte por culpa de la ELA. Físicamente “soy como un muñeco hinchable” desde 2017. Lleva cinco años entre sustos y esperanzas con una sonrisa constructiva. Ha conseguido que el Congreso de los Diputados dé luz verde a la Ley ELA y ya ha recolectado más de 300.000 euros para que la ciencia investigue esta enfermedad que mata a un español cada ocho horas. Es el primer entrevistador que no habla, pero conmueve las redes con los mensajes de sus ojos. El último lustro de su biografía se desarrolla entre el Sábado Santo -muerte, sudario y lápida- y el Domingo de Resurrección de la alegría y la ilusión por curarse.
Lee el reportaje en Confidencial Digital.