Querido Mariano, y queridos hombres y mujeres de Génova que lleváis muchos años de despacho y unos cuantos meses de desconcierto. Dos puntos: Enhorabuena por el triunfo electoral. Ahora tenéis que leer con calma esta victoria.
Por si os sirve.
¿Cuántos votantes han optado por vosotros como única respuesta viable a la conquista de Unidos Podemos? ¿Cuántos os han votado por identificación plena con vuestro programa y vuestro comportamiento?
¿Cuántos han votado en conciencia y cuántos lo han hecho con la conciencia tapada?
¿Cuántos han votado en azul como premio? ¿Cuántos han votado al PP sabiendo que estaban comulgando con ruedas de corruptos?
¿Cuánta gente vota al PP como partido? ¿Cuánta gente vota al PP como gestión de Gobierno?
¿Cuánta gente ha obviado los complejos populares para que gane el mal menor?
¿Cuánta gente ha votado PP por miedo a cosas como el Brexit?
Aprended del “éxito”. Es el mejor camino para volver a empezar sin necesidad de hacerlo por obligación. Limpiad la sede. Limpiad las listas. Limpiad a los comegambas, a los ladrones, a los que viven del partido, a los que no han movido un dedo por el interés general, a los que se han llevado hasta las monedas del Domund.
Los 137 escaños son una concesión, no un regalo. Administradlos bien. Entre votar corrupción y votar ideologización excesiva de la sociedad, la gente ha preferido calma y estabilidad. Y os ha confiado esa responsabilidad. Nos os vengáis arriba. No penséis que os lo habéis ganado a pulso. Los políticos nunca ganan.
Aprovechad el “éxito” para ser un partido limpio, con ideas, sin miedos. Pensad. Escuchad. Aprended a dialogar, a pactar. Un partido que vive sólo de la gestión tiene menos de 4 años de vida.Y ahora, aprended de los partidos más jóvenes a dar la cara, a contestar las preguntas, a conceder entrevistas, a decir “nos hemos equivocado”, a obviar los privilegios políticos, a ser transparentes, a comunicar la verdad sin estirar el chicle de la sintaxis del mediocre. El problema de comunicación sigue vivo. Habéis ganado las elecciones. Ahora os toca ganaros la calle. O perderla para siempre.