Foto: José Luis Pindado
El cazatalentos se llama Toni. Vio a Rafa Nadal dentro del bloque de mármol cuando su sobrino tenía tres años. Durante casi tres décadas le ha ayudado a perfilar un prodigio de talentos. Socrático de Manacor. Alérgico a los superlativos y a los fanáticos. Asceta de la fuerza de voluntad. Cartel electoral de la meritocracia. El trabajo bien hecho es el secreto asequible de su felicidad. Derriba a los ídolos humanizando sus derrotas y convierte en victorias la reflexión sobre los errores. Ve en la cultura de la queja el límite de los conformistas, y considera que los héroes ordinarios son los que aprovechan las oportunidades. Maestro en la cátedra de la tierra batida. Mallorquín, balear, español. En busca de un Barça que sea solo deporte. Entrenador de las buenas personas. Nadal contra corriente.