Foto: Álvaro García Fuentes
Drama y comedia. Calva, barba, madurez y versatilidad. Entre sotanas, camisas hawaianas, pasamontañas y carteras ministeriales, Javier Cámara, a todas luces, está en plena acción. El viernes se postuló a la Presidencia del Gobierno travestido de Juan Carrasco para mirar detrás del telón de la política en estos tiempos de populismos, extremismos, nacionalismos, más de lo mismo y cansinismos varios. Es la cabeza de cartel en Vota Juan, la nueva serie de TNT. Dinamita en el ala oeste de los entresijos de Moncloa. Si sale en las primerias irá, incluso, a los Premios Goya. Ningún político le ha cautivado jamás. Entre los cincuentaytantos y el carpe diem. La montaña rusa del cine le serpentea en vagón preferente, y eso que se montó siendo acomodador de teatro. Ama a Pedro Almodóvar con todas las fuerzas de su acción de gracias. Ve en las plataformas digitales de la tele el concorde que estaba esperando el mundo audiovisual para hacer las Américas. Entre Colombia, el Vaticano y Madrid, él ya vuela en Actores Sin Fronteras.
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