
La Fundación de Estudios de Economía Aplicada acaba de publicar un informe sobre la natalidad española, y el panorama es un presente en las raspas. Somos uno de los países con la tasa de fecundidad más baja del mundo (1,23) y el 40% de las madres y el 68% de los padres primerizos tienen más de 35 años, porque aquí nos emancipamos casi a los 30. Además, los hijos de la inmigración se reducen y caen un 83% las adopciones internacionales desde 2004. La pandemia y sus consecuencias económicas agravarán esta crisis demográfica, crónica desde 1981. Según sus autoras, los españoles siguen queriendo la parejita, pero no damos el paso ante un mercado laboral precario y la desincentivación de la natalidad. Para muchas mujeres, ser madre sigue teniendo consecuencias laborales negativas y para un alto porcentaje de jóvenes, tener un hijo es ponerse en riesgo de vulnerabilidad social.
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