«Mira, te dejo un correo de prensa para que nos hagas llegar por correo tu petición, de todas formas, te digo que no está concediendo ninguna entrevista. Las hizo cuando estaba con la promoción del disco, pero ya no».

«Muy buenas. La gestión de las entrevistas las están llevando directamente desde la editorial. De todas maneras, te cuento que tiene una avalancha de peticiones de muchos compñaeros tuyos».

Y así.

Muchos «personajes» ofrecen entrevistas sólo cuando venden un disco o un libro. O algo. Y los periodistas caemos, y les dejamos actuar así a los que gestionan la comunicación como si los medios fueran altavoces de la última novedad cultural eminentemente comercial.

Son entrevistas disfrazadas de Entrevistas, como un paso más de una campaña de marketing. Cada cual, que saque sus conclusiones. Personalmente, me parece una mala práctica profesional, una bajada de pantalones, y una herramienta negativa convertida en publicidad gratuita a toda página, o a todo color. Y el horno deontológico y económico de los medios no está para esos bollos. Dime que no.